Hoy, 19 de abril de 2022 se cumple un año de la cirugía del implante, volví al quirófano a perseguir una ilusión, un deseo de escuchar mejor, de mejorar mi calidad de vida, no se si era consciente de como todo iba a cambiar en mi vida, que cosas iban a mejorar y cuales a empeorar.
Mientras escribía esto sobre que mejoró hace un año me di cuenta que las mejoras empezaron con la activación del implante el 20 de mayo y no en abril con la cirugía, así que yo quería hablar de «hace un año» y no va a ser posible, así que nos veremos en un mes y ahí si tengo mucho que escribir.
Sobre la cirugía y el post operatorio, no sentí casi dolor. Sentí cierta responsabilidad y miedo porque todo salga bien, no hacer un esfuerzo extra ni nada que pueda perjudicar lo que mi médico había hecho… luego de dos cirugías de oído fallidas (estapedectomia, para «solucionar» la otosclerosis), me quedó cierto miedo. Esta vez no quería que pase nada, quería que todo sea PERFECTO. Así que me esforcé (de más) en no hacer nada mal… y eso derivó en tremenda contractura que se resolvía con un relajante muscular.
La cirugía nunca me dio miedo, nunca me preocupó ni nada. Esto lo asocio a que mi padre es cirujano, entonces las cirugías son algo «diario». Me hice siempre el fuerte, siempre fui para adelante con un solo objetivo: tenia que mejorar mi vida. Quería volver a escuchar mejor, necesitaba eso, me merecía eso.
Así fue, entré al quirófano y en el momento en que me acosté en la camilla: tuve miedo, bastante miedo. No pasó mucho tiempo, hablé con el médico y el anestesista un par de palabras y de la nada me desperté y todo había terminado.
Estaba temblando mucho, no podía parar y me preocupé, era algo inmanejable: me dijeron que era normal. Un poco me tranquilicé. Podía ser mentira para que no me preocupara… pero decidí confiar, por eso elegí a mi médico, me transmitió confianza y humanidad.
En un momento se me pasó, llegué a la habitación, dormí y comí, fui al baño y después de unas 6 horas aproximadamente me fui a mi casa.
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