Tengo 20 años, soy hipoacúsico y últimamente se me hace un poco más difícil estar con gente y relajarme por culpa de escuchar menos, estar tenso para intentar entender cada palabra y quizás también por mi actitud…

Puede que este blog me ayude a desahogarme y a hacerle entender a las personas que están en contacto con gente que escucha menos algo muy importante: tener paciencia y acompañar.

Voy a hablar más que nada de mis sentimientos y las cosas que atraviesa un chico de 20 años que empezó a perder la audición cuando tenía 14 años. No nací con problemas auditivos, por ende siempre me desenvolví sin ningún problema: ahí siento que está el mayor problema: ese contraste… lo que recuerdo que era mi vida con lo que es ahora.

No se si vos podrás pensar en cuál es la palabra más usada por vos… yo sin dudas te puedo decir que la palabra que más uso es “¿Qué?” y en este momento no me hace ninguna gracia pero ya es momento de que me acostumbre y quizás lo acepte…

Me diagnosticaron otosclerosis cuando tenía 14 años, a los 15 años me operé y no salió nada bien… mi audición bajó bastante.

En el momento y pasando el tiempo no fué tan grave… pero ahora, unos cuatro años y pico después, se está haciendo difícil…

Siento tantas cosas que a su vez no se que siento. Ir a comprar algo y no entender al vendedor la primera vez que habla no pasa nada, estamos en el 2020 y con barbijo así que me repite cuando no escucho, lo mismo la segunda vez… pero después ya empiezo a asumir o decir que sí a todo lo que me dicen y no sé por qué… si tranquilamente podría preguntarle devuelta y devuelta, nunca mas voy a ver a ese vendedor… y si lo veo, puede saber que soy hipoacúsico y la próxima vez me ahorro un poco de stress.

Ahí no está el problema… el problema está con la gente que frecuento: mi familia y amigos.

No sé quien siente más frustración a veces, si la gente que me habla o yo. Creo que deberían acostumbrarse a hablar fuerte y claro. Ellos ya saben perfectamente mis capacidades o mis discapacidades, como quieras decirle. Pero… no se si me equivoco, claramente no saben qué cosa escucho o que cosa no, pero podrían arriesgarse y con poco esfuerzo se dan cuenta para cambiar su tono de voz en la conversación y no solo en la frase que pido que repitan…

Cuando no escuchamos (los hipoacúsicos) algo y pedimos que lo repitan, la gente suele repetirlo pero hay veces que no… y que no pase eso, es desgastante.

Me pasó de estar con un grupo de amigos, pedirle al que habló que lo repita y que otro salte y diga: “yo sí escuché” y fin, ahí quedó la conversación: me dijeron que todos escucharon menos yo, me lo confirmaron y se hizo el silencio. Claramente no es intencional, pero sepanlo, es desgastante.

Otro caso muy típico es el “no importa”… el tema es que la persona que dice “no importa” posiblemente solo lo hace conmigo, pero no sabe la cantidad de cosas que no importan en nuestras vidas… porque él se lo dice a una sola persona o dos y a mi me lo dicen unas cuantas…

Voy a contar más en otra nota seguramente pero esta semana me enteré gracias a un nuevo audífono que cuando haces un leve movimiento con el vaso de Coca Cola, EL HIELO HACE UN SONIDO CONTRA EL VASO. Wow, me quedé impresionado.

No nos estresa tanto lo que no escuchamos porque no lo sabemos, pero lo que no entendemos es el problema, nos desconecta de la sociedad y nos manda al baño, solos en una fiesta con mucha gente.

En conclusión no dije que es lo que siento y a su vez si, creo que me siento desconcertado y necesito animarme a decir “qué?” tantas veces crea necesario, voy por ese objetivo.

Si tan solo pudiera tener las orejas de un elefante y eso me hiciera escuchar más, sería todo muy diferente. Pero a su vez, tengo buenos amigos y una gran familia, tengo salud y una buena vida… ¿Necesito algo más? Creo que no, pero siento que sí.


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